Bogotá, Colombia, 16 de septiembre de 2019.
La Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), miembro del Grupo Banco Mundial, nombró a Elizabeth Martínez de Marcano como gerente para la Región Andina, donde supervisará inversiones y proyectos de asesoría que buscan promover la innovación, el desarrollo de mercados de capital, infraestructura y mitigar el cambio climático.
Martínez de Marcano cuenta con una amplia experiencia en el sector bancario de Latinoamérica. Antes de su ingreso a IFC se desempeñó durante 6 años en diferentes posiciones directivas en el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), donde fue titular del departamento de Capital Privado e Inversiones. También ocupó cargos de alto nivel en JP Morgan y Banamex, donde encabezó las divisiones de Banca Corporativa y Mercados Hispanos, entre otras.
“Mi objetivo principal será redoblar nuestros esfuerzos para que IFC continué apoyando el desarrollo del sector privado para reducir a la pobreza, mitigar el cambio climático y la promoción de la prosperidad compartida”, apuntó Martínez de Marcano. “Espero contribuir activamente al cumplimiento de estos objetivos para apoyar el desarrollo sostenible de la región,” dijo Martínez de Marcano.
Martínez de Marcano cuenta con estudios de Ingeniería en Ciencias de la Computación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y un MBA por parte de la Universidad de Texas.
Durante el año fiscal 2019, las inversiones de IFC en la región andina llegaron a los US$560 millones de dólares, donde más de una tercera parte de las inversiones estuvieron enfocadas en proyectos que ayudan a mitigar el cambio climático.
Sobre IFC
IFC —miembro del Grupo Banco Mundial— es la principal institución internacional de desarrollo dedicada al sector privado en mercados emergentes. Junto a más de 2,000 empresas en todo el mundo, utilizamos nuestro capital, experiencia e influencia para crear oportunidades donde más se necesitan. En el año fiscal 2018, nuestro financiamiento a largo plazo en países en desarrollo ascendió a más de US$23,000 millones de dólares, aprovechando el poder del sector privado para terminar con la pobreza extrema e impulsar la prosperidad compartida. Para obtener más información, visita
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