Ciudad de Washington, 8 de Abril, 2003—
La Corporación Financiera Internacional (CFI), institución afiliada del Grupo del Banco Mundial que se ocupa del sector privado, ha estructurado un mecanismo de financiamiento estacional por US$60 millones para actividades previas a la exportación, para Molinos Río de la Plata S.A., el principal grupo empresarial de la industria alimentaria de la Argentina, exportador de oleaginosas y sus subproductos. El mecanismo, que constituye la segunda inversión de la CFI en la Argentina desde el inicio de la crisis económica que afecta al país, mejora la capacidad de Molinos para llevar adelante su programa de compra de semillas de soja y de girasol durante los meses de mayor actividad de la cosecha actual.
El mecanismo, organizado junto con Rabobank International, consta de un préstamo A de US$30 millones por cuenta propia de la CFI y un préstamo B de un consorcio por otros US$30 millones, en el que intervinieron, en partes iguales, Rabobank International y Vereins Und Westbank A.G. Rabobank International actuará también como agente administrativo del mecanismo, que tendrá como garantía los contratos de exportación de Molinos y será renovable anualmente por un período de hasta tres años.
“Como resultado de la crisis económica, las compañías vieron limitado su acceso al capital de trabajo y a líneas de crédito para el comercio. Nos complace ayudar a nuestros clientes a tratar de superar las dificultades que atraviesan y contribuir a la recuperación de la economía argentina respaldando industrias orientadas a la exportación. Es para nosotros un placer contar con la participación de dos bancos comerciales de primera línea en estas importantes operaciones, lo que indica que, a pesar de las actuales condiciones macroeconómicas, hay margen para las transacciones financieras bien estructuradas”, dijo Jean-Paul Pinard, Director del Departamento de Agroindustrias de la CFI.
“En vista de la difícil situación argentina y la consiguiente falta de crédito interno, nos complace enormemente el mecanismo de US$60 millones que la CFI y Rabobank International estructuraron para Molinos; por otra parte, se ha organizado en un momento especialmente oportuno, ya que la empresa está aumentando rápidamente sus exportaciones, que se duplicaron en 2002. Creemos que el mecanismo constituye, en cierto modo, un reconocimiento a una compañía que ha logrado salir airosa de la conmoción económica que sacudió a la Argentina en 2002, y ha tenido un sólido desempeño económico, a pesar de sus fuertes compromisos en el mercado interno”, declaró Juan Manuel Forn, Vicepresidente y Gerente General de Molinos.
“Este nuevo mecanismo corrobora nuestro firme compromiso con el sector de los alimentos de la Argentina y nuestra voluntad de colaborar con empresas como Molinos Río de la Plata. Debido a la incertidumbre jurídica y económica que imperó el año pasado, no ha sido fácil seguir trabajando en el país, pero la protección de la CFI nos ha proporcionado la seguridad que necesitábamos”, afirmó Jorge Correa, Gerente General de Rabobank International en Buenos Aires.
Si bien la cartera de la CFI en el país se vio afectada por la crisis económica argentina, la Corporación ha estado trabajando en estrecho contacto con sus clientes para ayudarlos a superar las duras condiciones económicas, como lo demuestra el respaldo brindado a Aceitera General Deheza y, ahora, a Molinos.
En el ejercicio de 2002, la CFI comprometió US$1.500 millones para 47 proyectos en América Latina y el Caribe; US$1.100 millones se comprometieron por cuenta propia y US$330 millones correspondieron a préstamos de consorcios. Este volumen representa un incremento del 45% respecto de los compromisos del ejercicio pasado (US$1.000 millones), reflejo de la confianza de la Corporación en el potencial del sector privado de la región.
La misión de la CFI (
www.ifc.org
) es fomentar inversiones privadas sostenibles en los países en desarrollo, para así ayudar a reducir la pobreza y elevar la calidad de vida de las personas. La Corporación financia inversiones del sector privado en los países en desarrollo, moviliza capital en los mercados financieros internacionales, ayuda a sus clientes a aumentar la sostenibilidad social y ambiental, y proporciona asesoría y asistencia técnica a gobiernos y empresas. Desde su creación en 1956, la CFI ha comprometido más de US$34.000 millones en fondos propios y ha concertado consorcios por valor de US$21.000 millones para 2.825 empresas de 140 países en desarrollo. La cartera de compromisos de la CFI a fines del ejercicio de 2002 ascendía a US$15.100 millones, con otros US$6.500 millones en poder de la CFI por cuenta de participantes en préstamos de consorcios.