Washington, D.C., 15 de septiembre de 2003
. De acuerdo al
Informe Anual 2003
de la Corporación Financiera Internacional (CFI), publicado hoy en la ciudad de Washington, esta institución cumplió una función contracíclica fundamental en América Latina durante el ejercicio de 2003, al aportar capital a largo plazo y financiamiento para el comercio tan necesarios en este año para el sector privado de la región.
El financiamiento de la CFI en América Latina y el Caribe totalizó US$2.180 millones para 54 proyectos en 16 países, haciendo de la región la principal receptora de fondos de la Corporación a nivel mundial. Esto representa un aumento de US$706 millones en comparación con el ejercicio fiscal de 2002, y constituye la cifra más alta de los últimos años. El total del financiamiento de la CFI incluyó US$918 millones provenientes de bancos participantes en préstamos sindicados organizados por la CFI.
El financiamiento con destino a la región representó el 44%, es decir, casi la mitad del financiamiento total otorgado por la CFI en el ejercicio de 2003, que alcanzó un total de US$5.000 millones. La CFI es la entidad del Grupo del Banco Mundial que promueve el desarrollo sostenible del sector privado en mercados emergentes.
Brasil, Colombia, México y Argentina fueron los países que recibieron el mayor volumen de financiamiento en el ejercicio de 2003. “América Latina es una de nuestras principales prioridades”, dijo Peter Woicke, Vicepresidente Ejecutivo de la CFI y Director Gerente del Grupo del Banco Mundial. “Hemos respondido de manera proactiva a las necesidades del sector privado durante otro año que no estuvo exento de desafíos. El retiro del capital privado, sumado a la desaceleración de la economía mundial, provocaron un aumento de la demanda del financiamiento y los servicios que ofrece la CFI en la región. La Corporación es un socio a largo plazo, y hemos intensificado nuestros esfuerzos realizando operaciones innovadoras y buscando nuevas formas de hacer negocios”.
Por segundo año consecutivo, Brasil fue el mayor receptor de fondos de la CFI, tanto en la región como a nivel mundial, con US$888,4 millones. Ante la escasez de liquidez y una rápida disminución del crédito, la Corporación ayudó a importantes bancos brasileños, entre ellos, Unibanco, Itaú, BBA y Bradesco, a obtener financiamiento para el comercio, que benefició a muchas compañías y a exportadores brasileños de diversos sectores.
En Colombia, país al que proporcionó financiamiento por valor de US$218,8 millones, la CFI continuó desempeñando un papel fundamental para fortalecer el mercado interno de capitales, sobre todo el mercado secundario de créditos hipotecarios, al realizar inversiones en el Banco Davivienda y en Colombian Home Mortgage Corp.
México se convirtió en el tercer mayor socio de la CFI en la región, al recibir US$151 millones en financiamiento. En ese país la Corporación otorgó una garantía parcial para una emisión de bonos que permitirá reunir financiamiento privado para un proyecto del sector del agua en el municipio de Tlalnepantla, en la zona metropolitana de la Ciudad de México. Se trató de la primera operación de financiamiento municipal en ese sector en México, y de la primera transacción de este tipo que realiza la CFI en todo el mundo.
Argentina se situó en el cuarto lugar entre los mayores receptores de fondos de la CFI, con US$120 millones que se destinaron principalmente a financiar las actividades previas a la exportación de productos agrícolas de las empresas Molinos y Vicentin. Con estas operaciones la Corporación continuó sus esfuerzos por apoyar a Argentina a salir de la crisis. La CFI también tuvo una activa participación en la reestructuración de deuda de empresas argentinas.
Adicionalmente, la CFI financió proyectos de alcance regional por un monto de US$228 millones, como una manera de facilitar las inversiones “del sur en el sur” que fomentan una movilización eficiente de recursos en la región. En este sentido, cabe mencionar el financiamiento de la CFI a Marcopolo, una fábrica de autobuses brasileña, para apoyar sus planes de expansión en México, y a la Red Sanitaria Hospiten para construir y administrar hospitales en la República Dominicana y México.
Los países de América Central y el Caribe recibieron recursos financieros por un total de U$S291,4 millones para proyectos en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Jamaica, Panamá, la República Dominicana, y Trinidad y Tobago. En esta zona, la CFI está respaldando el proceso por el cual estos países buscan establecer economías de escala y aumentar la competitividad ante el acelerado avance de la globalización. El financiamiento otorgado al Grupo Cuscatlán en América Central es un buen ejemplo de esta estrategia y de la función que cumple la Corporación para promover las inversiones “del sur en el sur”.
Las actividades no comerciales adquieren cada vez más importancia como parte de las operaciones de la CFI en la región. Por ejemplo, la Corporación está apoyando el programa Fome Zero (Hambre Cero) en Brasil, mediante un mecanismo orientado a alentar las contribuciones de las empresas a los municipios de escasos recursos. Otras actividades no comerciales son las asociaciones de colaboración de la CFI con Poema y el Instituto Terra en Brasil, y su respaldo al programa de lucha contra el VIH/SIDA que la empresa brasileña Odebrecht ha puesto en marcha en sus operaciones en Angola.
Estas actividades no sólo muestran el papel que cumple la CFI como institución de vanguardia en la promoción del desarrollo sostenible del sector privado en América Latina, sino que también agregan valor a las empresas que son sus clientes. Al trabajar con la Corporación, las empresas reciben financiamiento y asistencia técnica, y además adquieren la experiencia y el prestigio de colaborar con un socio que se destaca por sus rigurosas medidas de salvaguardia social y ambiental. En el ejercicio de 2003, en una iniciativa conocida como los Principios del Ecuador, 10 bancos internacionales reconocieron la función que cumple la CFI en los ambitos social y medioambiental, al adoptar dichas medidas para aplicarlas en sus operaciones de financiamiento de proyectos.
En el
Informe Anual
, Peter Woicke reconoce que “el desarrollo del sector privado en las mercados emergentes no consiste únicamente en realizar inversiones. Las empresas —no sólo del mundo desarrollado sino también de China, India, Europa oriental y América Latina— han admitido que la mejor manera de aumentar y garantizar la rentabilidad a largo plazo es realizar inversiones sostenibles.”
Bernard Pasquier, director del Departamento de América Latina y el Caribe de la CFI expresó: “La Corporación es un socio a largo plazo en las épocas buenas y también en tiempos difíciles. Continuaremos proporcionando financiamiento y servicios para ayudar a las empresas que comparten nuestros valores a superar las dificultades que han enfrentado en los últimos dos años. Alentaremos el regreso de los capitales privados a América Latina”. Y añadió: “La CFI también procurará que cambien las condiciones para la inversión, de manera que mejoren las perspectivas a largo plazo de la región”.
La misión de la CFI es promover inversiones sostenibles del sector privado en los países en desarrollo, para ayudar así a reducir la pobreza y mejorar el nivel de vida de la población. La Corporación financia inversiones del sector privado en los países en desarrollo, moviliza capital en los mercados financieros internacionales y proporciona asesoría y asistencia técnica a gobiernos y empresas. Desde su creación en 1956, la CFI ha comprometido más de US$37.000 millones en fondos propios y ha concertado préstamos sindicados por valor de US$22.000 millones para 2.990 empresas en 140 países en desarrollo. La cartera de compromisos de la CFI a finales del ejercicio de 2003 ascendía a US$16.800 millones.