Link al Informe Annual de la CFI 2002
http://www.ifc.org/ar2002/
Washington DC, a 18 de Septiembre, 2002
—América Latina continúa como la región que recibe el mayor flujo de financiamiento de la Corporación Financiera Internacional (CFI), entidad del Banco Mundial que promueve el desarrollo del sector privado en mercados emergentes, de acuerdo con el Informe Anual 2002 de la Corporación, difundido hoy en la ciudad de Washington DC.
En el ejercicio fiscal 2002 (julio de 2001-junio de 2002), América Latina atravesaba un difícil período económico y enfrentaba la desaceleración de los flujos de capital privado del exterior; en esos momentos, la CFI continuó respaldando al sector privado regional, al suministrar y movilizar capital a largo plazo por valor de US$1.474 millones, casi un tercio del financiamiento total comprometido por la CFI en ese período que sumó US$3.600 millones. La misión de la CFI como organismo multilateral, es fomentar la inversión privada sostenible en los países en desarrollo.
Brasil, Colombia, El Salvador, República Dominicana, Jamaica y México fueron los principales receptores de financiamiento de la CFI en el ejercicio fiscal 2002, en sectores tan variados como los servicios financieros y la infraestructura, incluidos aeropuertos, puertos marítimos y telecomunicaciones. La CFI invirtió también en educación, atención de la salud, agroindustrias, el comercio minorista, manufactura y la pequeña y mediana empresa. En Argentina, donde la actividad del sector privado se paralizó prácticamente, IFC continuó con su apoyo al proporcionar su primer financiamiento desde la devaluación a la empresa argentina Aceitera General Deheza.
De acuerdo al Informe Anual 2002 de la CFI, en el ejercicio fiscal que acaba de terminar, la Corporación comprometió US$1.100 millones de su propia cuenta para América Latina, más US$330 millones en préstamos sindicados, lo que da un total de US$1.474 millones. Esto representa un incremento del 45 por ciento respecto de los US$1.017 millones en compromisos correspondientes al ejercicio anterior, lo que refleja la confianza de la CFI en el potencial del sector privado de la región.
Peter Woicke, quien encabeza la CFI y es Director Gerente del Banco Mundial señaló: “La Corporación está respondiendo a la diversidad de desafíos que enfrenta América Latina, donde seguirá apoyando el desarrollo de un sector privado sólido y dinámico. La difícil situación de la región generó una fuerte demanda de los productos y servicios de la CFI. La Corporación –dijo el Sr. Woicke- continuará respaldando proyectos en sectores y compañías que puedan ejercer un impacto sostenible en sus economías y que tengan sólidas perspectivas financieras”.
Entre los desafíos que la región enfrentará en el futuro, el Informe Anual 2002 de la CFI destaca: “El desarrollo del sector privado en América Latina es una necesidad urgente. Para que la región prospere, es crucial asegurar un crecimiento más sólido aumentando la inversión y el ahorro, y distribuyendo mejor los beneficios de ese crecimiento. Si no se logran avances en la sostenibilidad económica, financiera, ambiental y social, la competitividad de algunos países se verá socavada.”
Confianza en el sector privado de América Latina
En el ejercicio fiscal 2002, Brasil fue el principal receptor de financiamiento, con compromisos por valor de US$619,6 millones para un total de 13 proyectos, seguido de Colombia, con US$219,75 para cuatro proyectos, y El Salvador, con un compromiso por un total de US$120 millones para contribuir a la ampliación de la red nacional de distribución eléctrica.
El cuarto país receptor en orden de importancia fue Argentina, donde los compromisos ascendieron a US$80.5 millones para dos proyectos, mientras que el quinto receptor fue la República Dominicana, con un compromiso de US$80 millones repartidos entre dos compañías: Caucedo Investments, para financiar la construcción de una importante terminal de contenedores, y France Telecom Dominicana, operadora de telefonía celular. El sector privado mexicano recibió financiamiento por US$77,66 millones para ocho proyectos, mientras que se destinaron a Jamaica US$70,78 millones para tres proyectos y a compañías privadas de Perú, US$43,4 millones para cinco proyectos.
Bernard Pasquier, Director del Departamento de América Latina y el Caribe de la CFI, señaló: “América Latina ha tenido y tendrá para la CFI uno de los más altos grados de prioridad en materia de inversión. La demanda de crédito que recibe la CFI es mayor cuando es difícil el acceso a los mercados externos. La Corporación es un socio a largo plazo y continuará apoyando al sector privado de la región a ampliar su acceso al financiamiento privado del exterior, respaldando el desarrollo de los mercados financieros locales y asistiendo a las compañías para que puedan crecer y mejorar su competitividad internacional”.
La CFI continuará promoviendo activamente normas de gobierno corporativo para las empresas en la región. La Corporación ha asesorado a gobiernos y al sector privado de varios países latinoamericanos, como Chile, Brasil y Colombia, para la preparación de códigos de gobierno corporativo. La CFI considera que un marco normativo moderno y mejores prácticas de dirección empresarial contribuirán a aumentar la confianza del público en los mercados de valores regionales.
En el ejercicio de 2002, la CFI patrocinó Novo Mercado, una nueva división de la bolsa de valores brasileña donde cotizan únicamente compañías que cumplan rigurosas normas de dirección empresarial. Con la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y el Banco Mundial, la Corporación patrocinó la tercera Mesa redonda sobre gobierno corporativo empresarial para América Latina, que tuvo lugar en la Ciudad de México. En la actualidad la CFI está ayudando a establecer institutos de dirección de empresas que proporcionarán capacitación a directores de compañías de la región.
La estrategia hacia el futuro de la CFI en América Latina y el Caribe se centrará en apoyar a empresas más pequeñas, a través de intermediarios financieros, incluyendo líneas de crédito para empresas pequeñas y medianas (PYMEs). También continuará apoyando a empresas de mayores dimensiones que puedan tener un alto impacto en el crecimiento económico del país y en el empleo. Paralelamente a este financiamiento, la CFI continuará ofreciendo su experiencia en gobierno corporativo empresarial y en prácticas de sostenibilidad. IFC también centrará sus operaciones en la región en el financiamiento selectivo de pequeños proyectos en áreas de alto impacto, tales como el microfinanciamiento, así como a través de la introducción de instrumentos financieros como el financiamiento con moneda local.
La misión de la CFI es fomentar inversiones privadas sostenibles en los países en desarrollo, para así ayudar a reducir la pobreza y elevar la calidad de vida de las personas. La Corporación financia inversiones del sector privado en los países en desarrollo, moviliza capital en los mercados financieros internacionales y proporciona asesoría y asistencia técnica a gobiernos y empresas. Desde su creación en 1956 hasta el cierre del último ejercicio el 30 de junio de 2002, la CFI ha comprometido más de US$34.000 millones en fondos propios y ha concertado consorcios por valor de US$21.000 millones para 2.825 empresas de 140 países en desarrollo. La cartera de compromisos de la CFI a fines del ejercicio de 2002 ascendía a US$15.100 millones.
ANEXO I
IFC en América Latina: aspectos destacados
En el ejercicio de 2002, Brasil fue el mayor receptor de fondos de la CFI, no sólo en la región sino también en el mundo. En este país, la percepción sobre la posibilidad de un contagio de la crisis en Argentina, sumada a la preocupación en varios ámbitos sobre el potencial impacto de las elecciones internas en otoño de 2002, se añadieron a la turbulencia de la economía mundial, factores todos que provocaron el retroceso de la inversión extranjera. Como consecuencia, el ritmo de crecimiento de la economía de Brasil disminuyó, mientras las compañías brasileñas enfrentaban dificultades para obtener financiamiento a largo plazo así como para renovar sus líneas de crédito comercial.
Para ayudar a superar esos problemas, la CFI reforzó su apoyo a las compañías brasileñas. Ejemplo de ello son las líneas de crédito por un total de US$250 millones otorgadas a Banco Itaú y Unibanco para contribuir al financiamiento de proyectos en sectores de infraestructura, energía, expansión industrial y mejoramiento del medio ambiente. Estas líneas de crédito ahora se están convirtiendo a líneas de crédito comercial con el objeto de responder a la aguda escasez de este financiamiento en las actuales condiciones del mercado.
Las líneas de crédito para Itaú y Unibanco subrayan el compromiso de la CFI con la economía del país y muestran la capacidad de la Corporación de responder con rapidez a las necesidades de sus clientes en circunstancias económicas volátiles, al ofrecer capital de largo plazo y líneas de crédito comercial al sector privado. Otro ejemplo es el financiamiento por valor de US$245 millones concedido por la CFI a C.N. Odebrecht, importante compañía constructora afectada por la retirada de capitales de toda la región. Entre otros proyectos se cuentan también la terminal de Sepetiba con US$40 millones; la firma elaboradora de productos químicos Synteko con US$18 millones, y
Escol@24horas
, servicio de tutoría para estudiantes de la escuela primaria con US$280.000.
Además de concluir con un volumen record de operaciones en Brazil, la CFI participó inter. alia en el desarrollo del Novo Mercado, un nuevo mercado de valores en Brazil para compañías que cumplen con altos estándares de gobierno corporativo.
Colombia, el segundo receptor de fondos de la región en el ejercicio de 2002, se está convirtiendo en una de las prioridades de la CFI, no sólo a través del financiamiento al sector privado sino también a través de la estrecha colaboración con el gobierno colombiano y compañías privadas para mejorar la reglamentación para el mercado de valores local y el establecimiento de normas relativas al gobierno corporativo empresarial.
En este ejercicio fiscal, el compromiso de la CFI, que ascendió a US$219,75 millones, triplicó la inversión del ejercicio anterior, que fue del orden de los US$73 millones.
En Colombia, como en otros países de ingreso mediano, las condiciones del mercado generaron dificultades para que las empresas financiaran sus planes de expansión y para obtener capital internacional. Los conflictos internos en Colombia agravaron aún más la situación.
La CFI intervino para aumentar la confianza en las posibilidades del sector privado colombiano. Entre las empresas respaldadas por la CFI en Colombia se cuenta Suramericana de Inversiones, que recibió US$100 millones en préstamos y capital accionario para financiar su estrategia de reorganización y la adopción de normas de gobierno corporativo. Esta operación fue uno de los proyectos de inversión y asesoría más grandes y complejos llevados adelante en América Latina en este ejercicio fiscal. Recientemente, la CFI con Citigroup y J. P. Morgan, logró ofrecer un préstamo sindicado adicional por US$218 millones.
La CFI ha tenido un interés muy especial en apoyar los esfuerzos de modernización de las empresas del sector privado colombiano, con el objeto de fortalecer la columna vertebral de la economía de Colombia, y para introducir mecanismos de gobierno corporativo y de transparencia.
Otras compañías de Colombia que recibieron apoyo en el ejercicio de 2002 fueron Banco Caja Social, importante institución financiera que presta servicios a sectores de ingresos bajos y a la pequeña empresa, con US$7 millones; Titularizadora Colombiana con US$12,75 millones, y el Grupo Bavaria, que obtuvo US$100 millones para financiar sus planes de expansión.
En Argentina, aunque el portafolio de la CFI en el país se vio afectado por la crisis económica, la Corporación continuó trabajando estrechamente con sus clientes para ayudarles a superar las difíciles condiciones económicas, tal y como lo muestra el apoyo de la CFI a Aceitera General Deheza, uno de los mayores exportadores de productos de soya que requería con urgencia financiamiento para no paralizar sus operaciones de compra y exportación. La operación benefició indirectamente a cerca de 8,000 productores de soya en el país, proveedores de Aceitera General Deheza.
La CFI ha reafirmado su compromiso de colaborando con sus clientes en el difícil período que atraviesa Argentina. Destaca en particular el compromiso a largo plazo y la capacidad de la CFI para invertir en mercados donde el capital privado escasea, lo cual puede ayudar a restaurar la confianza, si los gobiernos están auténticamente comprometidos en adoptar políticas acertadas.
Se destinaron US$77,66 millones a México, séptimo receptor de fondos en orden de importancia y segundo por número de proyectos financiados, ya que recibieron inversiones ocho compañías de diversos sectores. Ecomex, compañía de gas natural pionera en el transporte público que no afecta negativamente el medio ambiente en la ciudad de México, marca un hito entre los proyectos de desarrollo sostenible de la CFI, con una inversión de US$6,5 millones. Ecomex asume que mejorar la calidad del aire y la salud de la población puede constituir también una oportunidad comercial.
Otros de los proyectos financiados por la CFI en México son: una inversión de US$30 millones para respaldar los planes de ampliación de la compañía de comercio minorista Coppel, y una inversión de US$1,96 millones encaminada a ayudar a Hipotecaria Su Casita, segunda institución de este rubro en el país, para aumentar su capacidad de otorgar créditos hipotecarios a familias de bajos ingresos.
Si bien los inversionistas renuentes a asumir riesgos se desalentaron por los acontecimientos ocurridos en muchas partes de la región, México demostró mayor capacidad de recuperación que otros países y logró atraer flujos netos de capital privado estable, se observa en el Informe Anual 2002 de la CFI. “Una gestión fiscal prudente y las reformas llevadas a cabo tiempo atrás robustecieron el sector privado. Sin embargo, México afronta nuevas dificultades para mantener la competitividad comercial en una economía globalizada. También será todo un desafío para el país dar a su población —la mitad de la cual aún está sumida en la pobreza— un nivel de vida adecuado, posibilidad factible únicamente si se mantiene un crecimiento económico sostenido impulsado por el sector privado”, se concluye en el Informe.