Washington DC, a 30 de Septiembre, 2002.-
Compañías petroleras, mineras y de gas deberían hacer transparentes todos los pagos que hagan a los gobiernos en los países en desarrollo donde operan, dijo Peter Woicke, quien encabeza la Corporación Financiera Internacional, la entidad del Banco Mundial que promueve el desarrollo del sector privado.
“Avanzaríamos muchísimo si todas –y hago énfasis,
todas
– las empresas dedicadas a la explotación de los recursos naturales hicieran completamente transparentes sus transferencias de pagos, derechos y de otros recursos proporcionados a los gobiernos de los países en las que operan estas empresas”, dijo Woicke, quien además es Director Gerente del Banco Mundial para todas las operaciones relacionadas con el sector privado en el Grupo del Banco Mundial.
Hacer transparentes estos pagos “obligaría a los gobiernos a invertir de forma más racional,” dijo Woicke en un almuerzo que ofreció la CFI a sus clientes en Washington DC. “Esconderse detrás de acuerdos de confidencialidad no ayuda a nadie, y aquellos quienes podrían ser los más beneficiados de estos proyectos –la gente que vive en la pobreza- son con frecuencia los que reciben menos ayuda”.
Durante el encuentro, Peter Woicke también se comprometió a que la CFI redoblará sus esfuerzos para apoyar a las compañías del sector privado en los mercados emergentes, que pierden acceso a los mercados de capitales globales durante crisis financieras.
“Las compañías en los mercados emergentes con historias de crédito sólidas e ingresos en moneda extranjera no deben ser castigadas cada vez que los mercados globales de capital se cierran,” Woicke dijo. “Estas empresas necesitan crédito para la exportación. Y nosotros necesitamos cubrir estos huecos financieros de tal forma que los exportadores, particularmente los pequeños, puedan enfrentar estas crisis.”
En su discurso, y frente a un centenar de clientes de la CFI, Peter Woicke dijo que las principales fuerzas macroeconómicas en los países en desarrollo, las cuales calificó como factores “de empuje”, que han contribuido a sustanciales incrementos de los flujos de capital hacia los mercados emergentes, serán menos poderosos en los próximos años.
“Los años noventa se caracterizaron por ser años de “empuje” de los flujos de capital, y ahora estamos entrado a la década de “retirada” de estos flujos”, dijo Woicke. “Estos factores incluyen el clima de inversión de un país, la solidez de su sector financiero, y sus estándares de buen gobierno corporativo y estatal.”
Si los ingresos por explotación de recursos naturales en mercados emergentes se utilizan de manera responsable, en términos tanto medioambientales como sociales, podrían constituirse en generador importante de crecimiento económico”, dijo Woicke. “Pero mientras los ingresos de esos proyectos se malgasten y no se encaucen en proyectos de salud, educación e infraestructura para el beneficio de la población local, tales proyectos no alcanzarán un nivel de total sostenibilidad.”
La discusión sobre la transparencia en los pagos que industrias extractivas hacen a gobiernos en los países en desarrollo donde operan, ha sido muy controvertida. Los críticos de las industrias argumentan que los ingresos que reciben los gobiernos -que en ocasiones alcanzan miles de millones de dólares-, no están sujetos al escrutinio y acusan a funcionarios de abusar de estos recursos. Por su parte, gobiernos en los países en desarrollo argumentan que el grado de transparencia debe ser determinado por cada país.
El Grupo del Banco Mundial ha incorporado un acuerdo de información y transparencia en uno de sus proyectos en el sector de industrias extractivas: el gasoducto Chad-Camerún en Africa, el cual está en construcción.
En 1998, después de conversaciones con el Grupo del Banco Mundial, el parlamento de Chad aprobó una ley que establece los objetivos del gobierno para la reducción de la pobreza y detalla los acuerdos para el uso de los ingresos que genere el proyecto. De acuerdo a esta ley, el 10 por ciento de los ingresos serán depositados en un fideicomiso para beneficiar a futuras generaciones; el 80 por ciento será destinado a financiar proyectos de educación, salud y servicios sociales, y el 5 por ciento restante será orientado al desarrollo regional de las áreas donde se extrae el petróleo.
Auditorías anuales de las cuentas del petróleo de Chad se publican; el gasto público es revisado por el gobierno y el Banco Mundial, y se han establecido mecanismos especiales para canalizar y contabilizar los ingresos. Además, la nueva ley creó un comité de supervisión para monitorear el uso de los ingresos por venta de petróleo. Este comité incluye representantes del gobierno, del parlamento, del poder judicial y la sociedad civil.
Financiamiento de la Asociación Internacional para el Desarrollo apoya el trabajo de supervisión del comité, y fortalece la entidad que se ocupa de la contabilidad general de Chad y de la difusión de la información sobre los gastos gubernamentales.
La misión de la CFI (
www.ifc.org
) es fomentar la inversión privada sostenible en los países en desarrollo, para así ayudar a reducir la pobreza y elevar la calidad de vida de las personas. La Corporación financia inversiones del sector privado en los países en desarrollo, moviliza capital en los mercados financieros internacionales y proporciona asesoría y asistencia técnica a gobiernos y empresas. Desde su creación en 1956, la CFI ha comprometido más de US$34.000 millones en fondos propios y ha concertado consorcios por valor de US$21.000 millones para 2.825 empresas de 140 países en desarrollo. La cartera de compromisos de la CFI a fines del ejercicio de 2002 ascendía a US$15.100 millones.